La energía eólica marina es, al igual que la eólica terrestre, una aplicación de la fuerza producida por el viento para generar energía eléctrica. La diferencia respecto a la obtenida en tierra radica en que los aerogeneradores se instalan en superficies acuáticas, tanto en zonas marinas como tierra adentro (como por ejemplo lagos o fiordos).
La energía eólica marina tiene, según los expertos, un prometedor futuro, sobre todo en países con una alta densidad de población que reduce las posibilidades de encontrar un lugar apropiado en tierra para instalar a los aerogeneradores. En la actualidad los parques offshore se sitúan en aguas poco profundas, alejados de las rutas marinas comerciales, de los emplazamientos militares y de los espacios de interés natural.
Los parques eólicos marinos suponen un gran tema de debate debido a sus puntos fuertes y puntos débiles. Presentan ventajas como que no contamina, es inagotable y frena el agotamiento de combustibles fósiles, colaborando a evitar el cambio climático. Pero también inconvenientes como el impacto visual, el choque de aves marinas contra sus hélices, el desplazamiento de las rutas migratorias y zonas de alimentación y la dificultad de mantenimiento de las instalaciones en un medio como es el marino o acuático, normalmente más aislado que otros entornos.
Éstas y muchas más reflexiones serán parte de la conversación que se desarrollará este septiembre con la participación de Antonio Sandoval, Bernat Garrigós, Pawl Wawrzynkowski y Albert Cama.
